Leo un artículo en El País en el que el señor del flequillo (el otro de la foto no se quien es) dice:
«Soy un seductor. Tengo un don natural para agradar a la gente», admite.
El caso es que después de pensarlo mucho, me he dado cuenta que Güemes tiene razón. Es algo inevitable, que va calando lentamente en todos nosotros, para que luchar contra algo que nos supera, un día cualquiera, estás en la cola de la pescaderia y cuando menos te lo esperas, pam!, caes seducido por el Seductor, así que antes de que me pille por sorpresa en una situación embarazosa me declaro desde ya seducido por tí, truhan, que eres un truhan.
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Concierto Benéfico
Altu, irás de coña, el otro es el presidente hereditario de la Diputación de Casttellón y presunto chori entre lso choris, mientras no se demuestre lo contrario, y está a punto de demostrarse, lo primero, no lo contrario.
Vamos, su señor suegro.
¿Pero cómo se puede tener tan poco valor de autoproclamarse seductor con ese pelo Playmobil que me luce el zagal?
Creo que la foto está tomada de una escena de «El Padrino» Parte 2008. V.O. cañí.
braguetazoman
El de al lado es su corrupto suegro, miembro de un familia que tiene poder en castellón desde el s XVII. Todo un ejemplo de honestidad y buen hacer politico (JA JA JA)
Hasta los güebos de güemes.
[…] ¿hasta donde llega este asunto? ¿es una caza de brujas para acusar a la pobre Esperanza? ¿Será Güemes, el próximo chico almodovar? ¿Qué pinta Gallardón en todo esto? ¿Quién es el autor […]