Os lo contaba Luis hace poco. Ahora ya se ha hecho realidad. Adiós al Teatro Calderón, tal y como lo conocíamos.
Tal vez fuera la única forma de que siguiera siendo un teatro y no un Zara, pero a mí me da penilla.
Related Posts
Spam de Sebastián Next Post:
Agenda para el fin de semana
Respecto al comentario de «la publicidad nos invade un trocito más de espacio vital día a día» no entiendo porque se tiene que ver la publicidad como algo negativo. La inversión publicitaria democratiza los consumos, gracias a esta podemos comprar ,por ejemplo, un diario como El Pais o El Mundo por solo 1€.
Ä mi me enträ un hämbre…
Por cierto päco, no te olvides de MädridmeMätä que es grätis gräciäs ä lä publicicidäd, si no, vete tu ä säber cuänto os cobräriämos.
Con lo que os ahorráis con no entregar los premios de los concursos…
Danos un respiro Sade que están en imprenta las chapitas!!!
Verás lo chulas que van a quedar
😉
Bueno, yo creo que lo de la publicidad es necesario… hasta cierto punto. Cuando pasa a ser parte de tu nombre, tienes un problema (o varios).
Es decir, está bien que los periódicos sean más baratos, pero no está bien que pasen a llamarse El País de Gas Natural o ABC Carrefour. Creo que todo tiene un límite.
Bonito: un teatro que aporta fondos al sionismo internacional…