Cerveza, vino, whiskey y resaca: son las cuatro cosas para las que piden estos hombres. Por lo menos, sincero, reza su cartel. Y dejan el destino de la limosna en el viandante.
No son los primeros, pero sí son los últimos a los que he visto utilizar esta curiosa forma de pedir en los alrededores de Callao. Hasta para ser mendigo hace falta un poco de márketing.
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¿Para cuándo una ley de vagos y maleantes?
😉
seguro que luego los cabrones utilizan el dinero para pagar la hipoteca y paga pagar las letras de la lavadora, no hay que fiarse que hay mucho mentiroso suelto..
jajaja